Me llamo Nuria, soy la hija de la Nuri y la nieta de la Laureana, y al morir mi tía abuela Julia, no me resigné a la desaparición de su casa en Ciria, un pueblo soriano de 30 habitantes a solo 2 kilómetros de Aragón. Decidí entonces conservar su memoria y hacer de su casa un refugio de ideas, un lugar en el que la gente pueda encontrar el tiempo para pensar y trabajar con la tranquilidad que no hay en las ciudades.
Desde nuestro espacio de trabajo y talleres pretendemos atraer personas que aporten al pueblo sus conocimientos o servicios y, al mismo tiempo, aprendan de las personas de aquí. Los proyectos desarrollados son de todo tipo, desde artísticos a tecnológicos o sociales. Creemos que la actividad cultural e innovadora no tiene por qué darse solo en las ciudades y que este intercambio de conocimientos y experiencias nos beneficia a todos.
Si quieres tu nombre en una teja y apoyar así a nuestro refugio de ideas, puedes hacerlo en Amadrina una teja. Cada teja amadrinada se transforma en la moneda propia de la casa, la “teja juliana”, y se puede intercambiar por las actividades y/o servicios que ofrecemos.
Como veis, la idea es pequeña, sencilla y quizás revolucionaria: si cada día nos quejamos de la falta de tiempo, ¿por qué no construirlo?